¿Qué es?
El cáncer de próstata es un tipo de cáncer que se desarrolla en la próstata, una glándula del tamaño de una nuez en los hombres que se encuentra justo debajo de la vejiga y que rodea la uretra. Se produce cuando las células de la próstata comienzan a crecer de manera descontrolada, formando un tumor maligno. Este tipo de cáncer es común en hombres mayores y puede crecer lentamente y permanecer confinado a la próstata durante muchos años sin causar síntomas.
Sin embargo, en algunos casos, puede crecer rápidamente, diseminarse a otras partes del cuerpo y causar síntomas graves. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, terapia hormonal, quimioterapia y vigilancia activa, dependiendo del estadio y la agresividad del cáncer. Es importante que discutan con su médico los riesgos y beneficios de los tratamientos disponibles para determinar el enfoque más adecuado para su situación.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de próstata?
En sus etapas tempranas puede ser asintomático, es decir, no presenta síntomas evidentes. Sin embargo, a medida que el cáncer progresa, pueden surgir algunos signos y síntomas que pueden incluir:
- Dificultad para orinar: Esto puede manifestarse como una necesidad frecuente de orinar, especialmente por la noche (nicturia), una sensación de urgencia para orinar, dificultad para comenzar o detener el flujo de orina, o un flujo de orina débil o interrumpido.
- Dolor o molestias al orinar: Puede experimentarse ardor, dolor o molestias al orinar.
- Sangre en la orina o el semen: La presencia de sangre en la orina (hematuria) o en el semen puede ser un signo de , aunque también puede ser causada por otras condiciones.
- Dolor en la región pélvica, la espalda baja o las caderas: El cáncer de próstata avanzado puede causar dolor persistente en la región pélvica, la espalda baja o las caderas.
- Disfunción eréctil: La disfunción eréctil o la dificultad para mantener una erección también pueden ser un síntoma muy avanzado.
- Dolor en los huesos: Si se ha diseminado a los huesos, puede causar dolor en los huesos, especialmente en la pelvis, la columna vertebral, las costillas o los muslos.
¿Cuál es el tratamiento para hacer?
El tratamiento puede variar según varios factores, incluyendo el estadio de, la agresividad del tumor, la salud general del paciente y las preferencias individuales. Algunas opciones de tratamiento comunes incluyen:
- Vigilancia activa: Para bajo riesgo, es posible que el médico recomiende una estrategia de vigilancia activa, que implica un monitoreo regular mediante pruebas de PSA, exámenes físicos y biopsias periódicas, pero sin tratamiento inmediato, a menos que el cáncer progrese.
- Cirugía: La prostatectomía radical es una opción quirúrgica en la que se extirpa la próstata y los tejidos circundantes afectados. Puede realizarse a través de una incisión abdominal o mediante cirugía robótica asistida.
- Radioterapia: La radioterapia puede ser externa (radioterapia externa) o interna (braquiterapia). La externa utiliza rayos X de alta energía para destruir las células cancerosas, mientras que la braquiterapia implica la colocación de semillas radiactivas dentro de la próstata para liberar radiación gradualmente.
- Terapia hormonal: La terapia hormonal, también conocida como terapia de deprivación de andrógenos, reduce los niveles de testosterona en el cuerpo para frenar el crecimiento del cáncer, ya que la testosterona estimula el crecimiento de las células cancerosas.
- Terapia focal: Esta opción de tratamiento se dirige únicamente a las áreas afectadas de la próstata, preservando el tejido sano circundante tanto como sea posible.
- Quimioterapia: Se utiliza principalmente para tratar el cáncer de próstata avanzado que se ha diseminado a otras partes del cuerpo y no responde a otros tratamientos.
¿Qué tan curable es el cáncer de próstata?
La curabilidad depende en gran medida del estadio en el que se diagnostique el cáncer y de otros factores individuales, como la agresividad del tumor, la edad y la salud general del paciente. En general, cuando se detecta en sus etapas tempranas, antes de que se haya diseminado fuera de la próstata, las tasas de curación son altas.
Los cánceres de próstata de bajo riesgo, que se encuentran en estadios tempranos y tienen características que indican un crecimiento lento y un riesgo bajo de diseminación, pueden ser tratados con éxito mediante vigilancia activa o tratamiento localizado, como cirugía o radioterapia, con altas tasas de control a largo plazo.
Sin embargo, cuando se diagnostica en estadios más avanzados, con metástasis a otros órganos, el tratamiento puede ser más desafiante y las tasas de curación pueden ser más bajas. Aun así, existen opciones de tratamiento para controlar la progresión del cáncer, aliviar los síntomas y prolongar la vida del paciente.
¿Qué es lo que lo provoca?
Se produce cuando las células en la próstata comienzan a crecer de manera descontrolada. Aunque no se conoce la causa exacta, se han identificado varios factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Estos factores de riesgo incluyen:
- Edad avanzada: El riesgo aumenta con la edad. La mayoría de los casos se diagnostican en hombres mayores de 65 años.
- Antecedentes familiares: Tener parientes cercanos, como padre o hermano,aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. Esto sugiere que puede haber un componente genético en el desarrollo de.
- Origen étnico: Los hombres afroamericanos tienen un mayor riesgo y tienden a desarrollar la enfermedad a una edad más temprana. La razón exacta de esta disparidad racial no se comprende completamente, pero puede estar relacionada con factores genéticos y ambientales.
- Dieta rica en grasas : Algunos estudios sugieren que una dieta alta en grasas, especialmente de origen animal, puede aumentar el riesgo. Sin embargo, la evidencia en este sentido no es concluyente.
- Obesidad: La obesidad, especialmente en la edad adulta temprana, puede estar asociada con un mayor riesgo de avanzado y agresivo.
- Exposición a agentes carcinógenos: La exposición a ciertos agentes químicos, puede aumentar el riesgo.
¿Cuáles son las fases del cáncer de próstata?
El cáncer de próstata se clasifica en etapas según la extensión del cáncer en el momento del diagnóstico. La clasificación se basa en la TNM, . Las etapas del cáncer de próstata son las siguientes:
- Etapa I: Está confinado a la próstata y no se puede sentir durante un examen físico ni se detecta en una biopsia. Es probable que el PSA en la sangre sea bajo en esta etapa.
- Etapa II: Está localizado dentro de la próstata, pero puede ser más grande y puede detectarse mediante un examen físico o una biopsia. La Etapa II se subdivide en dos subetapas:
- Etapa IIA: El cáncer se encuentra solo en la próstata y puede ser de bajo a alto grado.
- Etapa IIB: El cáncer puede estar en uno o ambos lados de la próstata, pero aún está confinado a la glándula.
- Etapa III: Se ha extendido más allá de la próstata y puede haber invadido los tejidos circundantes, como las vesículas seminales. El cáncer puede comenzar a afectar los tejidos cercanos, pero aún no se ha diseminado a los ganglios linfáticos o a otros órganos.
- Etapa IV: Se ha diseminado más allá de la próstata hacia otros órganos o tejidos distantes, como los ganglios linfáticos, los huesos, u otros órganos. Esta etapa se subdivide en dos subetapas:
- Etapa IVA: El cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos, pero no a otros órganos.
- Etapa IVB: El cáncer se ha diseminado a órganos distantes, como los huesos o los pulmones.
¿Cuánto cuesta una cirugía de próstata?
El costo de una cirugía puede variar considerablemente , como la ubicación , el procedimiento, el cirujano o centro médico donde se realice. En general, una prostatectomía radical, que es la cirugía comúnmente utilizada, puede costar entre miles y decenas de miles de dólares en los Estados Unidos, dependiendo de los factores mencionados anteriormente.
En cuanto a la importancia de hacerse chequeos regulares, es fundamental los chequeos médicos periódicos ya que pueden ayudar a detectar en sus etapas tempranas, cuando es más tratable y favorable. La detección precoz puede permitir un tratamiento más efectivo y menos invasivo, lo que puede mejorar significativamente las posibilidades de curación y reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo.
